El bienestar se ha vuelto esencial. Una mayor preocupación por el impacto del turista y la energía transferida por sitios turísticos a través de la naturaleza y estimulación de los sentidos está determinando esta industria.
Migration Circle tourism: la búsqueda de experiencias únicas y exóticas ha impulsado una serie de destinos ricos en vida animal. Miles de turistas invierten altas sumas en vivir el proceso de migración de especies, en sitios donde la conexión con la naturaleza es profunda. El turismo sostenible y el turismo de naturaleza están ganando popularidad, y modificando los patrones de viaje de ocio.
Forever Young 60+: ya conocíamos las experiencias personalizadas, pero hoy día gana relevancia el turista senior, entre los 55-65 años de edad. La industria del turismo ha identificado un patrón donde los patrimonios culturales e históricos, junto con la gastronomía tradicional, están abriendo nuevos nichos para “vivir culturas” en una etapa de vida adulta.
Cambio Climático pasa factura a los bienes raíces: El aumento del nivel del mar, patrones climáticos erráticos y la degradación ambiental ya no son preocupaciones abstractas. América Central, vulnerable a huracanes e inundaciones, debe priorizar estrategias inmobiliarias resilientes al clima, para evitar sucesos como inundaciones, que pueden traer abajo el desarrollo de zonas turísticas de alta plusvalía.
Espacios de co-working y co-living: A medida que la naturaleza del trabajo y los viajes evoluciona, los hoteles se adaptan incorporando espacios de co-working y conceptos de co-living. Los nómadas digitales buscan entornos de trabajo colaborativos, y los hoteles están aprovechando eso ofreciendo espacios de trabajo flexibles y servicios específicamente diseñados para el trabajo remoto. Los espacios de convivencia brindan alojamiento comunitario y servicios compartidos para estadías prolongadas.